Allí nos congregamos casi la mitad de los triatletas del Prat. Era la primera vez que competia a la cinco de la tarde, y la verdad es que me dio más pereza que cuando competimos por la mañana y hay que madrugar. Conducir durante mas de hora y media despues de haber comido da bastante sueño.
Pero, tal y como imaginaba, al llegar a Banyoles, ver el ambiente y encontrarme con los compañeros del club se me despertó el espíritu competitivo y se me pasó la pereza de golpe!


